“Cuando encuentres a Buda, mátalo”. No lo digo yo, lo dice el proverbio. Y es que además ese cabrón se le parecía: gordo, calvo, con los ojos rasgados… si hasta vestía de naranja. Estaba claro, ¿no? ¿Quién coño iba a pensar que en China también había repartidores de butano?

AMORES PERROS

Llevaba días sin atreverme a hacer otra cosa que seguirla con la mirada desde que salía de su portal hasta que doblaba la esquina. Siempre parecía llevar prisa, aunque a veces, si tenía suerte, giraba la cabeza hacia donde yo estaba y me miraba con sus enormes y tranquilos ojos color miel. Era preciosa. Tenía el pelo largo y rubio, con unas suaves ondas que caían con gracia sobre su cara a cada paso que daba. Hubiera querido decirle algo, pero me daba vergüenza acercarme así como estaba, sucio y desgreñado. En momentos como esos echaba de menos mi casa. Si no hubiera tenido que irme, que quedarme en la calle, todo sería distinto, todo…

Salía siempre a la misma hora, con un señor mayor, con pinta de serio. Era muy brusco con ella, la gritaba sin motivo y a veces la llevaba casi a rastras. Verle hacer eso me ponía furioso, pero ¿qué podía hacer yo?

Así pasaron unos cuantos días más hasta que por fin me atreví. Acababan de salir, pero el hombre estaba hablando con una vecina enfrente del portal. Crucé la calle y fui hacia ella. Pareció alegrarse al ver que me acercaba, y se volvió hacia mí con la mirada brillante. Nos quedamos parados uno frente al otro, callados. Creo que ella esperaba que yo tomara la iniciativa, pero estaba bloqueado. Me quedé allí como un idiota, mirándola a los ojos, sintiendo su perfume, pero incapaz de hacer o decir nada. Era preciosa.

Entonces él se dio cuenta de que yo estaba allí. Se volvió, furioso, y empezó a gritar. Se puso entre los dos y empezó a insultarme y a decirme que me fuera si no quería que me diera una paliza. Ella se revolvió, asustada, pero el hombre la tenía bien sujeta. “Estate quieta”, le gritó.

Cada vez que recuerdo aquello siento rabia pero, sobre todo, vergüenza de mí mismo. Quise decirle que la dejara en paz, que por qué la trataba así, pero de mi garganta solo salió un gruñido ahogado. No tuve tiempo de más. Aún me parece sentir su mirada suplicante clavada en la mía…Él se abalanzó sobre mí y eché a correr. Corrí sin mirar atrás, pero aún tuve tiempo de escuchar al hombre decir: ¡Malditos chuchos! 

Jamás la volví a ver. 

13 comentarios:

  1. Qué preciosidad de microrelato :)

    ¿Te puedes creer que mientras lo iba leyendo, me estaba imaginando que hablaba de una perrita? Al decir lo del pelo largo y rubio... pensé en Brilyn, inevitablemente, jajaja.

    Venga, di la verdad, seguro que te inspiraste en ella xDDD

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  2. Solo lo confesaré en presencia de mi agente de la condicional... pero muy bien podría ser Brilyn, que después de Kiwi es mi segunda musa perruna...

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  3. ... sin embargo, sé, que un par de días después Ella, con su cabello largo rubio y sus ojos color miel, se perdió entre los viajeros de una estación de trenes, fue sencillo aprovechar una distracción más del anciano ignorante de modales salvajes; porque lo verdaderamente importante era que para aquel momento ya tenía la urgencia de dejarlo. Así que recuperó su vida, atesoró su libertad y ahora es feliz en algún lugar de este hermoso mundo.

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  4. ...lamento la intromisión autoral; pero,,, tenía que salvarla; simplemente no podía dejarla sola...

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  5. Nada que perdonar... salvar a una dama, por peluda y perruna que sea, siempre merece todos los elogios. Además, viniendo del autor del Lazarillo, es un honor para mí. Espero más intromisiones, por descontado...

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  6. Autora felina, dulce caballero castellano... pero,,, yo creo que eso ya lo sabías.
    ¿Qué te puedo decir?, es una cuestión de solidaridad de género, que trasciende, en efecto la frontera de las especies.

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  7. Es una pena que sea un perrillo vagabundo, y no sea un apuesto galán.. Haz algo para remediarlo es una Dama¡¡ jajajja

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  8. Supongo que ninguno de nosotros querríamos vivir una situación así, aunque puede resultar ser crucial para el futuro de ambos.

    Un beso.

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  9. Me encantan tus textos son super expresivos tienen una esencia es sí mismos que atrapa al lector . Felicidades y sigue deleitandonos con tán maravillosos relatos , aunque de momento siento predilección por el de amores perros

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  10. La perrita sabe que la quieres y te busca por todos los rincones y yo no puedo hacer nada por impedirlo.

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