“Cuando encuentres a Buda, mátalo”. No lo digo yo, lo dice el proverbio. Y es que además ese cabrón se le parecía: gordo, calvo, con los ojos rasgados… si hasta vestía de naranja. Estaba claro, ¿no? ¿Quién coño iba a pensar que en China también había repartidores de butano?

MULTIVERSO (y7)

Gianni mueve la copa antes de beber. La hace girar en círculos pequeños con movimientos rápidos de muñeca. Después, dejando claro que la celeridad del gesto tiene que ver con la seguridad del experto, la levanta con parsimonia y la lleva a la altura de la nariz. Aspira los aromas del vino como si estuviera en trance -ojos casi en blanco, un leve temblor en los labios-, observa el líquido a contraluz y el rastro que deja sobre el cristal -lágrima, diría él- y después, con idéntica lentitud, se acerca la copa a la boca y, por fin, bebe. Entonces su mirada parece perderse a kilómetros de distancia, en otra dimensión quizás, mientras anota mentalmente cada una de sus propiedades, comparándolo con los muchos caldos ya catados. Segundos de espera y una medio sonrisa satisfecha deja ver que ya tiene su veredicto. Entonces, y solo entonces, apoya la copa sobre la mesa, mira a su alrededor e inicia la conversación.

Gianni, claro, tiene entre sus amistades fama de culto, de hombre de mundo. Sus opiniones son solicitadas y escuchadas con respeto. Yo lo conozco poco, la verdad, pero lo veo mover la copa y para mí que la mueve mucho. Que la impaciencia con que lo hace es la del que está comprobando si ha captado tanta atención como quería. Veo los gestos y pienso que si cambiáramos la mesa de restaurante por un carromato de feria apenas se notaría la diferencia. Un auténtico fraude.

Me da un poco de vergüenza reconocerlo, pero el otro día aproveché que coincidimos para ponerlo a prueba. Y lo he disfrutado. Hablar de un escritor que no existe y que alguien se confiese no solo admirador suyo sino gran conocedor de su obra es uno de esos pequeños placeres vitales que no están suficientemente valorados.


En fin, que por eso -entre otras cosas- no me gustaría ser Gianni. Porque para mí que es un poquito gilipollas.

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