“Cuando encuentres a Buda, mátalo”. No lo digo yo, lo dice el proverbio. Y es que además ese cabrón se le parecía: gordo, calvo, con los ojos rasgados… si hasta vestía de naranja. Estaba claro, ¿no? ¿Quién coño iba a pensar que en China también había repartidores de butano?

ELIGE TU PROPIA AVENTURA

 La pantalla del portátil es la única luz en la habitación a oscuras. En la pared, a tu espalda, se recorta agrandada tu cabeza y el contorno de algunas de las cosas que hay sobre la mesa: una lata de cerveza con limón -es sábado y te permites ciertas locuras- y una bolsa de patatas con sabor a pollo asado. Lo que no se ve es el olor a pollo, que no te abandonará en varios días, ni la centrifugadora en la que se ha convertido tu cerebro.


Lo lees y lo relees, pero no hay duda: quiere verte. Sí, a ti, DonNadie79. 


Tienes que venir, porfi, que todos esos encuentros son un aburrimiento…y ¡un nido de frikis! Pero no como nosotros, ¿eh? Pfff, si es que parece que no han hablado con una tía en su vida. No me quedo ni aunque me paguen…pero me apetece hacer algo después. ¿No vas a venir a rescatarme? Porfi, porfi, porfi…


¿Pero cómo no se ha dado cuenta de que yo soy justo así? Si todavía no sé ni cómo me atreví a escribirle en su blog, ni a darle mi correo, ni a responder a sus mensajes… ¿La foto? Se la mandé como en sueños… Y mira que estaba seguro de que cuando la viera no me iba a responder. Bueno, como cuando no me atreví a darle el móvil y le pedí seguir en contacto como hasta ese momento. Pero siguió escribiendo… y ahora esto. ¿Qué hago?


Si decides arriesgarte y vas a ducharte y arreglarte para acudir a la cita, pasa a la página 66.


Si crees que ella no va en serio, que solo lo está haciendo para reírse de ti, y decides no ir, pasa a la página 48. 



Acabas de comprender de que ni escribiendo tú mismo la historia consigues que salga como querías. Y todo porque ni siquiera sobre el papel te atreves a hacer las cosas, así que bajas la pantalla, tiras de un manotazo la lata vacía y la bolsa de patatas y te vas, maldiciendo, a la nevera. Esta noche te tomarás dos… o tres.



                                       FIN



                                        48

1 comentario:

  1. Mira, son casi las tres de la madrugada, y hace apenas dos horas que he vuelto de trabajar en uno de los turnos agotadores que me están tocando en Semana Santa. Y no podía dormir. Ayer me quedé intrigada y esta noche me ha dado por leerte, por ver si de aquí podía entrever qué tal estabas.

    Y me encuentro esto.

    Una no quiere dar cosas por sentado; ha pasado mucho tiempo, y a saber cuál ha sido toda esa aventura que has seguido escribiendo, pero a lo mejor los paralelismos deberían preocuparme. O es que quizás efectivamente no soy tonta, no sé.

    Pero qué tontísimo fuiste tú, treintañero (aunque ese título ya te lo voy a quitar yo y creo que se te ha quedado pequeño).

    ResponderEliminar