Y al punto apareció el genio, se inclinó, y con voz muy tenue dijo a Aladino: “¡Aquí tienes entre tus manos a tu esclavo! ¿Qué quieres? Habla. ¡Soy el servidor de la lámpara en el aire por donde vuelo y en la tierra por donde me arrastro!”
Y mientras caía, atravesando cualquier objeto sólido y alejándose de la Tierra para siempre, no hacía más que pensar que aquello no era exactamente lo que había pedido.
Lo que yo decía. Un gran interrogante de neón sobre mi cabeza...
ResponderEliminarAlicia
ResponderEliminar... Bueno, no parece buena idea hablarle al mago con metáforas. Habría que intentar ser lo más connotativo posible; por otra parte, no sé si te ha pasado, pero yo creo que en general los humanos tenemos deseos ambiguos sobre lo mismo, quiero decir q en ocasiones queremos retener y dejar ir al mismo tiempo. Conservar y destruir. Tal vez por eso, sí, se debe tener cuidado con lo que deseamos. Debe ser tarea difícil para un mago saber qué es lo que realmente queremos; y por otra parte, los magos son difíciles, eso sucede con quienes tienen tanto poder y son tan listos, les da por jugar de más con los demás.
Mejor callar y no ir de intelectual.
ResponderEliminarUn bravo por el mago, que a fin de cuentas esta cumpliendo su deseo.
Considero que un mago hace magia, hechicería o brujería, a diferencia de un genio que se dedica a cumplir deseos, ya sean estos sensatos o no.
ResponderEliminarNo creo que sea lo mismo...
Al mismo tiempo afirmo que un genio no solamente se dedica a cumplir deseos de la gente, y a castigarlos en estado de libertad, sino que también forman parte de la cúpula divina en muchas religiones:
ResponderEliminarHemos creado al hombre de barro, de arcilla moldeable
Antes, del fuego ardiente habíamos creado a los genios.
(Corán, 15, 26-27)
Alicia
ResponderEliminarFe de erratas: en lugar de connotativo, quise decir denotativo.
Saludos Alastor
El de aqui solo se limita a decir شبيك لبيك انا عبدك بين ديك
ResponderEliminarSera un vago al que no le gusta hablar mucho.