“Cuando encuentres a Buda, mátalo”. No lo digo yo, lo dice el proverbio. Y es que además ese cabrón se le parecía: gordo, calvo, con los ojos rasgados… si hasta vestía de naranja. Estaba claro, ¿no? ¿Quién coño iba a pensar que en China también había repartidores de butano?

REFLEJOS 1. REFLEJO DE ESTORNUDO POR LUZ BRILLANTE.


Reflejo (del latín reflexus): 1. Dicho del movimiento, sentimiento, etc., que se producen involuntariamente como respuesta a un estímulo. 2. Imagen de alguien o de algo reflejada en una superficie. 3. Psicol. Reacción automática y simple a un estímulo.

Reflejo de estornudo por luz brillante: Conocido también como estornudo fótico, es un fenómeno en el cual las personas expuestas a la luz brillante tras haber pasado periodos prolongados de tiempo en la oscuridad responden de manera involuntaria con un estornudo.



“…it’s time to live in the scattered sun”.


Hay que joderse. ¡Cómo me pica la nariz…! Y no, no es alergia. Ni sobreexposición infantil a los payasos de la tele. ¿Sabes lo que es? Tú. Eres tú, que me haces estornudar. Todo el tiempo. Ya sé que no suena muy romántico, pero es la mejor forma de describirlo que se me ocurre.

Me explico. Yo quería haber dicho que eres luz, o hablar de lo que hiciste con ese agujero de gusano en que me había instalado, pero se me adelantaron. Esos malditos modernos me han dejado sin comparaciones astronómicas… a mí, que una vez fui el rey Midas de la basura espacial. ¿Tú te crees que hay derecho a esto? Porque mira que me lo había currado, que se me habían ocurrido unas historias de lo más romántico comparándolo todo con la noche polar y el sol de medianoche que viene después, casualmente a finales de junio; que me estaba leyendo -por primera vez, lo confieso- a Dostoievski para poner algo ingenioso sobre esas Noches Blancas en las que vivo últimamente. “San Petersburgo ciudad de vacaciones” era el título… Ingenioso, ¿no? Si hasta tenía preparado un chiste sobre sábanas de satén blanco. Total, para nada, para que ahora suene todo a indie hipstérico.

Así que ahora tengo que intentar hacerlo de una manera más sutil. Ya ves, sutileza, eso que ni siquiera tú, que ves en mí virtudes que yo había dado por perdidas, crees que tenga. Habrá que intentarlo, pero es que si ya es difícil, escribirlo encima con una sola mano ni te cuento. Y que nadie piense mal, lo digo porque en la otra tengo el pañuelo. Vaya, eso también sonó fatal. Para no salpicar la pantalla, quiero decir. Joder… lo estoy arreglando. Diga lo que diga sueno como aquel tití que nunca conocí, que aparte de cambiar de carácter con el frío se la pelaba con cualquiera que se acercara. Debía de ser algo increíble. Nivel puzzle, o sea, de 9 a 90 años.

Al final va a ser verdad lo de la sutileza… pero bueno, también hay que entenderme. Cosas de pasar tanto tiempo en una cueva. Y no sé cómo sería la de Platón, pero en esta te puedo garantizar que no había sombras chinescas, y que las hogueras eran para tirarse dentro, no para calentarse. Un invierno interminable. Créeme, no me hace falta haber estado en Alaska para saber de lo que hablo. Y te digo que hay noches polares que duran más de seis meses. Mucho más. Y lo peor no es el frío, que ya sabes que no es algo que me afecte mucho, lo peor es que pierdes el sueño y acabas pasándote las horas muertas mirando el techo, con unos ojos que te convertirían en el macho dominante de cualquier colonia de lémures. Eso y que se te congelan las palabras, como en aquel país del que hablaba aquel viejo poeta griego, con un invierno tan oscuro, helado y bastardo que solo el verano podía traerlas de vuelta a la vida.

¿El chiste de las sábanas? En realidad era un bobada. Por meter a los Moody Blues, más que nada. Bueno, y para que supieras que me da igual de lo que estén hechas, porque siempre me sobra la ropa contigo. Brille el sol que brille.

1 comentario:

  1. A veces no sé por qué me da por seguir leyéndote, en serio. En fin, soy una capulla, ya sabes.
    Pero sigue escribiendo siempre, anda, y que esa virtud no te falte.

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