“Cuando encuentres a Buda, mátalo”. No lo digo yo, lo dice el proverbio. Y es que además ese cabrón se le parecía: gordo, calvo, con los ojos rasgados… si hasta vestía de naranja. Estaba claro, ¿no? ¿Quién coño iba a pensar que en China también había repartidores de butano?

FELIZ ANIVERSARIO

Un collar de perlas. Y de tres vueltas nada menos. No está nada mal como regalo de aniversario para la esposa de un gobernador… Desde luego el suyo era mucho más modesto, pero claro, es que 29 años casados es mucho tiempo.

A él ninguna mujer le había sufrido más de uno, siempre tuvo un carácter difícil. No era violento, no me entendáis mal. Jamás le pegó a ninguna. La violencia quedaba para el trabajo. Creo que ese fue realmente el problema. El trabajo. ¿Quién iba a querer estar casada con un matón? Sí, bueno, ya sé lo que estaréis pensando. Podía no haberle dicho nada, llevar una doble vida… Pero eso solo pasa en las películas, o al menos, nunca le funcionaría a un matón de poca monta como él. Antes o después verían la sangre en la ropa, los arañazos, los golpes… ese maldito olor a pólvora que no consigues quitarte de encima…y empiezan las preguntas. Eso por no hablar de las llamadas de madrugada, o de las noches en que ni siquiera dormía en casa…

Era cuestión de tiempo que le pillaran y lo sabía. También sabía que si eso pasaba no iban a mover un dedo por él. Podían, claro que podían, pero no iban a hacerlo. Los abogados costaban mucha pasta, y seamos sinceros, su pellejo no valía ni la mitad de lo que costaba la corbata de uno de aquellos picapleitos. Quizás si hubiera sido más listo, si hubiera sabido moverse bien… pero no había sido así. Veinte años después seguía de matón. Veinte años que se cumplían justamente esa noche. Sonrió al recordarlo… su aniversario. El Sr. Gobernador no se había olvidado de él, y también iba a tener su regalo. Un solomillo tiernísimo, un vino realmente bueno, el periódico de la mañana… y un collar, sí, pero no de perlas, sino de cuerda… ¿Sería de tres vueltas también?

2 comentarios:

  1. Anda mira! Un erizo!22 de febrero de 2012, 15:10

    Esto sí que es terminar como Townes manda los Carnavales =)

    ResponderEliminar
  2. Alicia B.R.
    Pobre gobernador, aún así, el final es sarcásticamente muy bueno. La verdad, la verdad, la verdad... No entiendo que tiene que ver el asesino y el gobernador con los bombones de butano... Esas musas...

    ResponderEliminar