Al final me quedé lo justo para
el trasbordo. Podría haber pasado el día allí y regalarme una sesión de
autocompasión y lágrima fácil, pero no lo hice. Creo que me estoy aburguesando.
Cualquier día dejo de comer pimientos de padrón, lo veo venir. O lo que es
peor, me compro una maleta con ruedas.
Aunque en realidad sé que no
hubiera habido ni compasión ni lágrimas. Cada día tengo más claro que todo
aquello solo sucedió en mi cabeza. Únicamente. Tenía razón Goya, el sueño de la
razón produce monstruos. Monstruos… y zorras, le faltó añadir. Pero claro, Paco
siempre fue un tipo discreto.
El caso es que llegar a esa
conclusión es un alivio, pero también tiene sus riesgos. Por ejemplo, confirmar
lo gilipollas que puedes llegar a ser si te lo propones. Porque si eres un
perturbado que dinamita su vida por un amor imposible o atormentado, hasta
puedes atraer ciertas simpatías; pero si lo haces así sin más, creyendo que
había que compensar las cosas que hiciste o no en otro momento y en otro lugar,
puedes acabar por no aguantarte ni tú mismo, ni festivos ni laborables.
De todos modos, nada de eso tiene
sentido ya, porque en tu habitación no hay calendarios y cuando te veo venir
desde la puerta, a contraluz, lo que menos me importa es si está amaneciendo o
si se nos ha vuelto a hacer de noche. Y es que solo pienso en cómo engañarte
para que te acerques a discutir si mis ojos son verdes o no y en que el reloj
de tu mesilla vuelva a acabar en el suelo, hecho un lío entre la ropa y los
zapatos. Ni tiempo ni distancia, ya lo ves, una fórmula de lo más sencilla.
Goya siempre me ha caído bien, aunque yo diría que la estupidez produce zorras y a mi las zorras me dan sueño. En realidad casi todo me da sueño, menos comer pipas y seguir leyéndote a ver si me sube el azúcar o quizá un día entro al blog y el fondo deja de ser negro. Por cierto, al final me has recordado a Marwan, a ver si os vais a añoñar a la vez los dos y en el próximo concierto subes al escenario...
ResponderEliminar"Si quieres, subimos a casa
y salvamos el mundo
y nos decimos lo importante sin hablar.
Si quieres, cortamos la calle
y en sólo un segundo
le arranco el pasado al sofá.
Si quieres, pasamos el día
rodando en la alfombra"
Qué mono el melenudo sin autocompasión :P